FILOSICOPATÍA II: La bendita cura
Yendo al grano: lo más interesante para todo aquel que ha tenido o aún está inmerso en una relación sicopática es, obviamente, curarse. La cura se llama aceptación. “Sólo la dosis hace el veneno” pero igual tú aguantas chutes de caballo percherón o no te quieres curar por masoquismo o ceguera; no quieres y entonces no puedes, o piensas que no te va tan mal y, entonces, igual no te va tan mal y para ti no hay cosa que curar aunque a veces joda, pero igual en ese joder hallas un placer del que no eres ni consciente y te has acostumbrado y tu cuerpo parece sano, y está sano bajo tu percepción y la de observadores externos, y como lleva jodiendo toda la vida y no conoces otra cosa, crees estar bien ahí, y, en cierto modo, si así lo adviertes, así es. Escucho a Rosalía “Malamente” afirmar que to’ está inventao. Afirmación un tanto presuntuosa en cuanto a que parece dicha desde un trono, como que pontifica que ya todo se sabe, y que tal pontífice lo sabe bien. Pero mira, no. Qu